Hay un año de retraso en los ocho departamentos
de la Costa Atlántica y Antioquia (la meta del cien por ciento debía
cumplirse a comienzos de 2008).
A
pesar de la gran cantidad de proyectos que se encuentran sobre el papel
y los cuales van desde el aprovechamiento de la pulpa del café hasta la
yuca para producir el etanol, el fuerte de la producción de la oferta
del alcohol carburante se concentra en las cinco plantas de los
ingenios azucareros localizados en el Valle del Cauca.
Allí
se están produciendo los 1,05 millones de litros que sirven para
atender ras con ras el 70 por ciento del mercado nacional, en el cual
están ciudades capitales e intermedias del centro, sur y occidente del
país, así como el Eje Cafetero y los Santanderes.
Las
razones sobre la demora en la cobertura total del etanol y la
construcción de plantas para exportar son varias: van desde los precios
de la materia prima, la estructuración de los proyectos, hasta la tesis
de que la producción de etanol en Colombia es más rentable a partir de
la caña de azúcar, lo cual ha llevado a muchos inversionistas a
repensar el negocio.
Según
Marta Cecilia Betancourt, presidenta de la Asociación Colombiana de
Productores de Caña (Procaña), muchos inversionistas se están
tropezando con el problema de que no hay claridad en el tema de los
precios para la materia prima, porque está sucediendo que se prefiere
vender la caña para fabricar panela porque están pagando mejor.
"A
los precios que está la panela es ridículo montar una planta de etanol
en regiones apartadas. Mientras que la caña para panela se está pagando
a 60.000 pesos la tonelada, la misma cantidad para producir alcohol se
está comprando a 42.900 pesos, y así no le jala nadie a un proyecto".
Los
ingenios pagan al proveedor de caña el 29,39 por ciento de la
producción (que equivale a 22 litros de etanol). Ello se debe a que
pagan el etanol como una equivalencia al azúcar que se deja de
exportar. Este azúcar tiene un precio más bajo en el mercado nacional.
Estas
situaciones poco claras en el tema del valor de la materia prima han
llevado a frenar muchos proyectos, y al mismo tiempo al Gobierno a
preparar un documento Conpes sobre biocombustibles, que será debatido
en marzo por el Consejo de Ministros.
"El
problema real es la falta de estructuración de proyectos. Hacen falta
estudios de ingeniería básica que permitan al inversionista evaluar un
buen proyecto", señaló, por su parte, el presidente de la Federación
Colombiana de Biocombustibles, Jorge Bendeck.
Mientras
tanto, el tiempo pasa y las empresas mayoristas de distribución de
combustible (Chevron, Exxon, Petrobrás, Terpel) que se encargan de
hacer la mezcla de 10 por ciento de etanol con 90 por ciento de
gasolina, que les deben entregar a las estaciones de servicio para la
venta al consumidor, han pasado algunos apuros derivados de la
estrechez entre la oferta y la demanda.
El
presidente de Asocaña, Luis Fernando Londoño, dice que lo más probable
es que en el 2009, cuando entre en operación otra planta del Ingenio
Riopaila, que producirá 300.000 litros diarios de etanol, se pueda
lograr la cobertura de todo el territorio nacional con 1,3 millones de
litros diarios.
Escasez de maquinaria
Otro de los aspectos que
ha retrasado los proyectos de etanol es la escasez mundial de
maquinaria y equipos. En el caso de Colombia, estos deben poseer
características especiales porque la legislación ambiental exige
parámetros estrictos para el manejo de los residuos que quedan al
producir el etanol.
Mientras que en Brasil
estos materiales no tienen ninguna clase de tratamiento, en Colombia se
convierten en abonos que regresan a la tierra después de haber sido
tratadas.
Este factor también pesa a
la hora de echar a andar un proyecto porque el componente ambiental
siempre tendrá un peso para el inversionista.