Las
vidrieras de colores que se pintaban con oro purifican el aire cuando
son iluminadas por la luz del Sol, según ha descubierto un equipo de
expertos de la Universidad Tecnológica de Queensland, en Australia,
encabezados por el profesor Zhu Huai Yong.
De modo que, sin que ellos lo supieran, los vidrieros medievales que
produjeron esos vidrios pintados con nanopartículas de oro de diferentes
tamaños se convirtieron en los primeros artesanos de la nanotecnología.
Numerosas ventanas de iglesias en Europa se decoraron con vidrios
coloreados usando nanopartículas de oro.
Durante siglos, las personas sólo apreciaron las bellas obras de arte y
la larga vida de los colores, pero no comprendieron que estas obras
también son, en el idioma moderno,
purificadores de aire fotocatalíticos
con catalizador de oro nanoestructurado.
Las diminutas partículas de oro, energizadas por el Sol, son capaces de
destruir los agentes contaminantes transportados por el aire como por
ejemplo los productos químicos orgánicos volátiles (VOCs, por sus siglas
en inglés) que pueden provenir a menudo del mobiliario nuevo, las
alfombras y las capas de pintura reciente.
Estos VOCs crean el típico olor a "nuevo" cuando se liberan lentamente
de las paredes y del mobiliario. Ese olor, conocido por mucha gente, no
suele resultar demasiado desagradable, pero, junto con el metanol y el
monóxido de carbono, los VOCs no son buenos para nuestra salud, ni
siquiera en pequeñas cantidades.
El oro, cuando está en forma de partículas muy pequeñas, se vuelve muy
activo bajo la luz del Sol.
El campo electromagnético de la luz solar se puede acoplar con las
oscilaciones de los electrones en las partículas de oro y crear una
resonancia. El campo magnético en la superficie de las nanopartículas de
oro puede reforzarse hasta ser del orden del centenar de veces más
potente, gracias a lo cual las moléculas de los agentes contaminantes
presentes son neutralizadas. El subproducto es dióxido de carbono, mucho
menos peligroso que esas moléculas, sobre todo en las pequeñas
cantidades en que se genera por medio de este proceso.
El uso de las nanopartículas de oro para producir reacciones químicas ha
abierto posibilidades fascinantes para la investigación científica. Esta
tecnología se alimenta por el Sol y es muy eficiente en el uso de la
energía, porque sólo las partículas de oro se calientan de modo
significativo. En las reacciones químicas convencionales se calienta
todo, lo cual produce pérdidas energéticas.
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