Un
proceso que depura las aguas residuales y genera electricidad también
puede eliminar el 90 por ciento de la sal de las aguas salobres o de
mar, según un equipo internacional de investigadores de China y EE.UU. El agua pura para beber, lavar y para usos industriales es un recurso
escaso en algunas partes del mundo. Su disponibilidad en el futuro será
aún más problemática.
En muchos lugares ya se desala el agua usando alguno de los dos procesos
más comunes.
Uno es el de ósmosis inversa. En este proceso, se fuerza el paso del
agua bajo altas presiones a través de membranas que no permiten el paso
de la sal. El otro proceso es el de la electrodiálisis. En él, se usa la
electricidad para extraer los iones de sal del agua a través de una
membrana.
El problema es que ambos métodos requieren grandes cantidades de
energía.